jueves, 17 de julio de 2008

ACERCA DEL DEBATE SOBRE LOS "JUDIOS GENUINOS" - Por Gustavo Cangiano (*)

El triunfo de los llamados "judíos ortodoxos" en las elecciones de la AMIA generó escozores en muchos miembros de esa colectividad. Y fueron mayores los escozores cuando el nuevo presidente de la institución, Guillermo Borger, declaró que "judíos genuinos" son "los que siguen en su vida los preceptos de la Torá".
Las reacciones contra Borger no se hicieron esperar, y fueron ampliamente difundidas por la prensa. Veamos algunas de esas reacciones.

¿Son judíos los “judíos no creyentes”?

"¿Seré genuino yo, que tengo historia judìa, familia judía, pasado de grupos juveniles judíos, me gustan los latkes, los knishes y el leicaj, pero no leo la Torá?", se pregunta el académico Diego Golombek. La respuesta que se le podría dar a Golombek es la siguiente: si la identidad judía se constituye no a partir de las creencias religiosas que profesa una persona, sino de SUs gustos culinarios, o de la judeidad de sus antepasados, entonces sí, usted, Golombek, es un judío genuino.

La escritora Ana María Shuá, por su parte, opinó: "la diferencia entre los judíos creyentes y los no creyentes, como mi familia y yo, es que los no creyentes no negamos el judaísmo de los demás". ¡En buena hora! ¡Lo único que faltaba era que las personas que no creen en Dios y no profesan la religión judía, pero que sin embargo dicen ser judías, le nieguen la condición de tales a quienes sí creen en Dios y profesan la religión judía! Sería algo tan absurdo como si yo, que no profeso la religión católica, me sintiera ofendido porque un sacerdote niega mi catolicismo y le retrucara que yo, que no discrimino, jamás negaría el suyo.

Tato Bores (H) piensa como Hitler

El hijo de Tato Bores, Alejandro Borensztein escribió un artículo en Clarín ("¿Qué significa ser judío?", 10/6/08) para aclarar este asunto de los judíos genuinos y no genuinos. Pero pretendiendo aclarar, oscureció. Hasta tal punto oscureció, que de sus palabras emerge, implícita, una reivindicación del racismo hitlerista.

Dice Borensztein, con total naturalidad: "Yo soy judío, quiero ser judío, me siento judío, me sé judío y, lo más importante, estoy orgulloso de serlo. Pero no soy religioso. No soy creyente". ¿Qué diría Hitler al respecto si estuviera vivo? No es preciso ahondar en especulaciones. Alcanza con leer lo que escribió en "Mi Lucha": "Cuanto más inteligente sea individualmente un judío, tanto más afortunado será en su engaño, gracias al cual conseguirá que una parte considerable de la población llegue a creer seriamente que el judío es un legítimo francés, un legítimo inglés, un legítimo alemán o un legítimo italiano, a quien no separa de sus compatriotas otra diferencia que la de la religión (...) Porque la religión mosaica nada representa, en realidad, sino una doctrina concebida para la conservación de la raza".

Es decir, Hitler pensaba acerca de la identidad judía lo mismo que piensa el hijo de Tato Bores: la judeidad se lleva en la sangre; no es una condición del espíritu, el producto de una creencia, de una fe. Dice Borensztein, para que no quepan dudas de su concepciòn biologista-hitleriana: "Todos mis antepasados, hasta donde pude rastrearlos, por parte de padre y de madre, fueron judíos. Incluido mi tatarabuelo el gran Rabbi Avram Borensztein, nacido en Polonia en 1811".
Ahora bien, ¿qué prueba que todos los antepasados de Alejandro Borensztein hayan sido judíos? ¿Prueba que Alejandro Borensztein es judío? ¿O prueba que judíos fueron sus antepasados? Si yo decubriera que todos mis antepasados han sido musulmanes, ¿probaría eso que yo soy musulmán? ¿O probaría que musulmanes fueron mis antepasados? Creo que la respuesta es obvia para todos, excepto para Hitler, para Borensztein y para todo aquel que confunda una religión con una raza o una "etnia", como se dice ahora.

Para no limitarse a su propia genealogía racial, Borensztein menciona ciertas celebridades "judías": "¿Y Ben Gurión y Golda Meir? Simplemente fueron un par de extraordinarios judíos genuinos que fundaron el Estado de Israel en donde los Levin y los Borger pueden rezar todo lo que quieran, sin que nadie los perturbe". ¿Está seguro Borensztein que Ben Gurión y Golda Meir fueron "extraordinarios judíos genuinos". Hay testimonios que dejan dudas acerca de las creencias religiosas de ambos. ¿Que fundaron el Estado de Israel? ¿Y eso que prueba? Lo único que prueba, estimado Borensztein, es que ambos eran sionistas.

Pero sionismo y judaismo no son sinónimos, como lo demuestran los halcones sionistas-antisemitas que rodean a George Bush. O como lo demostró Eichmann, que en sus memorias ataca a los judíos pero no a los sionistas, con los que tenía -dice- grandes coincidencias. Más aún: si los judíos "ortodoxos", los "jaredim", por ejemplo, tienen razón (y es casi seguro que la tienen), entonces el sionismo y el judaismo son incompatibles.

El Partido Obrero y el “fundamentalismo”

Como el Partido Obrero tiene una periferia de simpatizantes muy sensible a los problemas de la colectividad judía, dedicó un artículo de su semanario al asunto que nos ocupa. Se titula " Por qué el oscurantismo copó la Amia". Haciéndose eco de las protestas de los "judíos no creyentes", considera "fundamentalista" la declaración que afirma que judío "genuino" es el que se rige por la Torá

Según el hijo de Tato Bores, Woody Allen, a pesar de no creer en Dios y de mantener relaciones sexuales con su hijastra coreana, es un buen judío. Desafía: "¡levante la mano el que piensa que Woody Allen no es un judío genuino!". Los seguidores de Altamira, por lo visto, no levantarán la mano. ¿No la levantarían, tampoco, si alguien pidiera, por ejemplo, "¡levante la mano el que piensa que el español Zapatero (o el inglés Tony Blair) no es un genuino socialista obrero!"? Sin embargo, así como no se puede ser un "genuino" socialista y administrar una sociedad capitalista, tampoco se puede ser un "genuino" judío y negar la existencia de Dios y dar la espalda a la Torá. El PO llama despectivamente "ayatollahs judíos" a los "ortodoxos" que cuestionan la condición judía de los "judíos ateos". Pero, ¿no tendría razón el ayatollah que cuestionara la condición musulmana de un insólito "musulmán ateo" que ignorara olímpicamente las normativas del Islam? ¿Acaso Altamira no actúa como un "ayatollah marxista" cuando ataca a maoístas, stalinistas, socialdemócratas y otras variantes del trotskismo?

Dice el PO: "El debate sobre la definición de 'judío genuino' es una maniobra diversionista de los sectores que se presentan como laicos para disimular su responsabilidad en la colonización de la masa judía de Argentina por parte del oscurantismo más reaccionario". Sin embargo, en los más de 100 años de existencia que lleva la AMIA, es la primera vez que los "ortodoxos" llegan al gobierno, y si "la masa judía de Argentina" ha sido colonizada, no lo fue hasta ahora por parte del "oscurantismo" religioso. El PO reconoce "el carácter laico e izquierdista de la mayoría de la comunidad judía", que siempre votaba en la AMIA por los socialdemócratas o laboristas.

No. No es el debate sobre la definición de "judío genuino" una maniobra diversionista. Es una necesidad imperiosa para liberar al pueblo judío (entendido como una comunidad definida por su lealtad a la Torá, y no a un Estado nacional al servicio del imperialismo) de la prisión conceptual y política en que lo ha hecho caer el sionismo. Las declaraciones de Borger acerca de que "Israel es el centro de la vida judía", en todo caso, no son las que espantan los "judíos ateos", quienes se creen "izquierdistas" y "progresistas" pero, como la finada Silvia Bleichmar, aseguran "dormir más tranquilos sabiendo que el Estado de Israel está ahí" (aunque, por supuesto -maravillas de la esquizofrenia moral- "no se sienten responsables por la política represiva contra los palestinos").

El debate sobre el "judío genuino" debe servir para golpear a quienes degradan el pensamiento invocando la "deconstrucción de las identidades", la "muerte de la verdad", el "fin de las certidumbres" y otras pavada "posmodernas", y a quienes han tomado de rehenes a las comunidades judías de los diferentes países para realizar el programa hitleriano y erigir un Estado sionista que funcione como la avanzada de la "civilización" occidental y "blanca" contra la "barbarie" asiática y morena.

(Fin del artículo)

(*)Gustavo Cangiano es profesor universitario de la UBA y de la Universidad del Salvador. Miembro de Socialismo Latinoamericano, iniciativa inscripta dentro del movimiento ideológico de Izquierda Nacional, es articulista y autor de “El Pensamiento Vivo de Arturo Jauretche” entre otras obras.

(Fin de la carta)