viernes, 26 de diciembre de 2008

NOTA ACLARATORIA DECISIVA Y NECESARIA - Un empledao público sustentable .- Parte 2 .- Por Juan de Dios Romero

El informe precedente es el que formalmente se elaboró luego de todas las operaciones.
En realidad faltan algunos detalles que, ahora que ya me he retirado del miedo, me atrevo a narrar.

Todo comenzó con un hobby que tenía Aranaldo Jiménez, tenía 38 años cuando su talento lo llevo, al fin, a su vocación; nació en Bell Ville, Córdoba, en una chacra que trabajaban sus padres quienes lo pudieron mandar a la escuela primaria lugar donde conoció a su maestro Don Alcides, que además era radioaficionado, actividad que se le metió hasta los huesos a Jiménez quien termino obteniendo una licencia como tal armándose sus propios equipos como pudo. Escuchar al mundo lo apasionaba pero, necesitaba trabajar e ingreso como agente en Bell Ville en la Policía Provincial, donde aprendió a escribir a máquina y a llevar el papeleo y, como era algo lento ,algo gordo y andaba siempre sudoroso con la ropa mojada, lo destinaron a trabajos de escritorio; aunque luego, por las noches volvía a su distracción que lo comunicaba con el mundo. Muchas veces hasta el amanecer, llegando a su trabajo casi sin dormir

Además tenía una costumbre que llegó a costarle una vida normal. Leía novelas, en las largas guardias de invierno y en las calurosas noches de verano en el patio trasero de la comisaría, desde donde conversaba con los circunstanciales presos, sobre los temas que leía. Así aprendió algunos códigos, del hablar, del silencio, del gesto, de las miradas.

Un día hablo con un detenido que decía era locutor de una radio en un programa nocturno de tangos y le comento sobre algunos temas que ignoraba, como ser problemas técnicos que no se podían solucionar desde el micrófono, como interferencias, etc.
Aranaldo pensó mucho en esto y luego lo archivó en un lugar de su mente.

Ya con 15 años de servicio ,lecturas y montones de tarjetas que le mandaban de todo el mundo otros radioaficionado, leyó en el boletín oficial mensual la existencia de una vacante de radio operador en la repartición, pero en Clorinda.

Y para allí fue a parar, como “idóneo para el cargo”....La vida con sus compañeros se convirtió en un infierno dado que las circunstancias le habían permitido juntar en todo el día lo que era su trabajo, su hobby y sus lecturas sobre espionaje. La radio de la repartición fue su compañera por otros cinco años llenos de emoción. Aranaldo veía problemas donde no los había. Sus jefes lo veían como un obsesionado y andaba siempre proponiendo cosas inauditas, como el de conocer a quienes transmitían, como el de averiguar de sus vidas, y otras cosas que no son del caso decir ahora pero, cuando supieron de una reunión en Brasil cerca de la frontera con Argentina, por un tema de Radio, lo mandaron en Comisión con un grupo de personas que habían llegado de Buenos Aires. Y allí, se encontró consigo mismo y terminaba con él, por su éxito.

En el camino de regreso a la Argentina, hablaba y hablaba solo él; un acompañante de apellido Sacco, colaborador de un Juzgado Federal, lo propuso ahí mismo para que comenzara a trabajar en el equipo a formarse y como coordinador con el juzgado, en el tema que terminó como he narrado.

Nada su publicó en ningún diario, ni antes ni después.
Vino alguna gente importante de otros países para enterarse de las cosas y alguno quiso e insistió en conocerlo . Y así fue. Charlaron mas de un par de horas y el extraño lo exploró densamente, hasta medir la precisión de sus deducciones y su talento natural.

Pensó, mas que en ascenso en un traslado a una oficina como las que había conocido en sus lecturas, cuyas ediciones las tenia en su biblioteca con mas un libro que le regalo un teniente primero en el servicio militar. Este Libro lo había escrito un ingles llamado Lidell Hart y se llama “Estrategia, el acercamiento indirecto”. Nunca lo entendió muy bien ,lo tenia muy subrayado con distintos colores. pero volvió a leerlo ,muy minuciosamente y en una noche,( - nunca olvido una frase del libro: “ me he pasado la vida tratando de saber que ocurría detrás de la montaña”-) y con su privilegiada y potente mente, fue entonces cuando comenzó a unir los hilos que lo llevaron al éxito y su posterior desaparición de su prevista vida.

La gente de Prefectura, Gendarmería y la Federal – que coparticipo en las actuaciones- llegaron a apreciarlo por su carácter, diligencia y forma de hacer conocer sus opiniones que llegaron a imprimir lo esencial de todo lo actuado sin menoscabar a nadie. Aranaldo también pudo aprender la naturaleza de otro tipo de organismos de seguridad, muy distintas a las de la policía de su provincia. Entendió que la especialización era esencial y llego a comprender las diferencias estructurales que hacen a otros limites de misiones y funciones pero, en un equipo tan multidisciplinario y complejo: se encontró en su verdadero ámbito y se destacó con el reconocimiento expreso y tácito, de los más experimentados. Que llegaron a apreciarlo.

No consta su existencia en ningún legajo,-aunque se buscó minuciosamente cuando no se supo de él, ni por donde andaría, los libros nunca se volvieron a encontrar en su casa, como tampoco su querido transmisor de radioaficionado.

Algunos dicen que vieron cuando unos desconocidos, que llegaron sin avisar, “lo llevaron” varios meses después de la finalización de éstos hechos,- un día de franco, soleado y frío - en realidad se comportaba como si estuviera acompañando con cierta predisposición hacia a sus acompañantes; algunos de los cuales, al menos dos , eran de otros lado pero, a uno se lo entendía pero, tenía un acento de otro país de Sudamérica, pero no era ni chileno, ni uruguayo, ni paraguayo,ni brasileño, parecía como de mas al norte y muy conversador.

Hubo cambios en cierta parte de la jerarquía de la repartición, con ascensos y pases a lugares muy distintos, de algunos de los trasladados no se llegó a saber nunca nada pero, siguen diciendo que un locutor de radio, que alguna vez estuvo preso en Bell Ville, un caluroso verano, volvió, pero a Clorinda, a preguntar por él.

Mas que nada a confirmar que ya no estaba.

Nunca la sala de radio operador de Clorinda, volvió a ser la misma.

Pero una vez , un porteño que era abogado y dijeron reconocerlo como haber trabajado en los tribunales federales de Buenos Aires, llevó un recuerdo que dejó en el patio trasero de la Comisaría de Bell Ville. Y nunca más volvió.

Meses mas tarde, un suboficial de la Prefectura, al que encontré por casualidad en Pirané, entre café y café, me dijo que un cordobés que trabajaba en la policía de Clorinda había logrado que les dotaran de mayor y mejor equipo de radio para control del trafico radioeléctrico fronterizo.

Esto se había logrado, sobre todo. por un porteño llamado Sacco, influyendo ante unos jueces y disertando en la Universidad, donde fue escuchado con mucha atención. A éste Sacco le gustaban los coches y andar por la rutas y llegó a la conferencia conduciendo desde Buenos Aires, parando solo una horas en Bell Ville.

Dijo que allí se había creado un Radio Club y que los iniciadores fueron algunos policías retirados, vecinos del lugar, lo bautizaron “ Las Tres Fronteras”....¡ y nunca se supo el porque!. Lo que si se encontró, fueron un par de cartas que hacía varios meses Aranaldo había mandado a la Gendarmería en Buenos Aires, y que fueron devueltas por estar incorrecto el domicilio del destinatario; en ellas solicitaba, a esa edad, ingresar a la Institución para trabajar en inteligencia estratégica en telecomunicaciones . Tarea que no se realiza en Argentina. Aunque un panameño que se conoció en Villa Unión , en La Rioja dijo a un acercado que si se hacía, pero desde Chile y dijo también, para sorpresa de los pocos que ahí estaban por salir en esa avioneta, que Noriega estaba vivo con otra identidad y suelto, porque hizo bien las cosas.-


UNA HISTORIA PARALELA

Telecomunicaciones y Contrainteligencia

I.-Benos Aires

Aranaldo Jiménez llego a Buenos Aires en un vehículo que salió de Clorinda un día franco, frío y soleado y sin decirle nada a nadie; lo alojaron en un hotelito de San Telmo, le dieron unos minutos para asearse y cambiarse la ropa y se lo llevaron a un antiguo edificio de la calle Montes de Oca, donde recibió formación e información durante cinco meses unas 9 horas diarias, todo sobre 10 tópicos de Inteligencia Estratégica.

El Dr. Sacco creyó y tuvo razón en solicitar al juzgado la interceptación de las dos cartas de Aranaldo a Gendarmería Nacional, las que luego de analizadas fueron devueltas, semanas después, al remitente. Fue en esos días que se resolvió traerlo a Aranaldo para integrarlo. Como se narró en el informe anterior y que se publica en la primer parte.

En algún feriado, leyó y releyó el material bibliográfico que todos los viernes le entregaban; lo devolvía el lunes en las primeras horas del curso. Cuando éste terminó, le indicaron que debía conocer algo más de telecomunicaciones.

Precisamente: radiocomunicaciones, sistemas inalámbricos y, sobre todo, el tema de frecuencias para transmisión de datos en niveles mayores a 3,4 Ghz. y, que era además un sistema de Alta Densidad ( en energía y / o información ) – como el que, se verá, se disponía instalado en San Telmo - ( de 28 Ghz hasta 38 Ghz), las polarizaciones, los filtros, el proceso de swiching, como identificar y como opera un routers, como éstos suplantarían en poco tiempo a las matrices de conmutación, como son los sistemas de tarifado, la locación dinámica, que era y como operaba una “celda”, como se calculaba un E1, el anillo de Fresnell y para que sirve, capilaridad, el MXD, MXA, zonas de sombra en los sistemas de alta densidad punto-zona, el sistema de espectro expandido, se debió aprender casi de memoria varios Reglamentos de la UIT, el Decreto 1185/90, el 62/90, el 764/2000, los dedicados a la regulación de frecuencias como la Resolución SC N º 235/01, la ley 19.798, las leyes y decretos referidos a temas de defensa y seguridad, tres convenios internacionales y otras cosas en las que se mezclaban densamente temas legales y técnicos.

Tuvo que conocer como operar un analizador de espectro y otros instrumentos delicados y caros.

Después, durante dos semanas aprendió todo lo referente a fibras ópticas, tipos, usos y hasta como se empalman con una pequeña maquinita que, le dijeron, costaba muchos miles de dólares. Y también le enseñaron como interceptarla y desagregar los niveles de trafico con anillos de lectura magnética y hacer empalmes de derivación en forma subrepticia.

Cuando creyó que había terminado lo mandaron a un pequeño local de la calle Lavalle al 400, donde se vendían relojes, en la trastienda y durante 20 días le enseñaron todo lo referente a Internet, correos electrónicos, los sitios de la web que exponen sobre el tema, el SPAM, el uso de claves y mensajes en anuncios comerciales de los sitios, como “entrar en paralelo”, como se organizó el FBI respecto a los e-mail, Carnívore, etc, etc.

Para parte de todo eso lo llevaron también a una especie de laboratorio que operaba como distraído en la sede y sótano de una compañía del ramo de Larrea y donde fue el blanco de media docena de especialistas rodeados de equipos y por unos tres meses.

El mismo día siguiente en que todo esto se terminó, un taxista –que lo esperaba en la puerta de la pensión- lo llevó sin decir nada a una vivienda de Rivera Indarte al 700, donde dos personas con aspecto común, pelo largo y algún arito pero, lo confirmó enseguida, muy ligeras, le explicaron y demostraron durante una semana como se sigue a alguien en la calle con el apoyo e intervención de no menos de 15 personas, de forma tal que el “seguido” no se pueda dar por enterado jamás. Así aprendió que es posible seguir a alguien caminando en sentido contrario a él, con los “relevos” de otros que bajaban de colectivos o salían de bocas del subte, sin haber viajado en éste, o con mendigos que sabían mirar desde puertas que custodiaban sus desesperanzas o con chicas con celulares que parecían ir a jugar al tenis o por medio del desinterés de quienes “cirujeaban” abriendo con sucias manos bolsas negras de residuos, con la mirada perdida, que imprime confianza al desprevenido.

Una semana más tarde, al regresar a su habitación, antes de ingresar y en la calle lo “levantaron” tres sujetos y se lo llevaron en una doble cabina, acostado en el piso. Llegaron a una especie de casita en un descampado, luego de casi dos horas de viaje y recibir puntapiés, lo metieron en una habitación y lo interrogaron durante dos días a puño limpio. Le preguntaron en que se ocupaba, donde estudiaba, quien era su jefe, a que se dedicaba.

También, con una cirugía muy especial de tecnología láser, le alteraron las huellas dactilares, previa dosis adecuada y medida de anestesia total, con las precauciones con que se trata a un amigo, a un igual, a un futuro topo y criollo.

Al final, antes de la cirugía, solo llegó a decir que era un ex policía retirado que trabajó en la provincia de Córdoba y además, solo contó la historia que, le dijeron, era la única posible y admisible decir, incluyendo muchos detalles que se podían confirmar pero, con cierto esfuerzo y dedicación por parte de los inquisidores y sus jefes.

Lo volvieron a subir al vehículo y lo llevaron hasta la puerta de su hotel en San Telmo, donde lo dejaron en la vereda, medio atontado, a las 4,30 de la mañana. Con las manos vendadas y protegidas.

Cuando logró entrar a la habitación lo estaban esperando. Le explicaron que lo sucedido era necesario para saber hasta donde podía llegar y que 48 horas era lo suficiente para que se sepa como los demás debían proceder. Le dieron unas pastillas muy calmantes, otras desinflamantes, y se durmió vestido durante más de 16 horas. Cuando se ducho y miró en el espejo decidió que por algunos días no debía salir a la calle.

Cuando intuyó que había concluido su capacitación tuvo la sorpresa de encontrar en la habitación de su hotelito al parco – y de poco humor- Dr. Sacco, que conoció tiempo atrás en Clorinda y trato en un viaje de ida y vuelta a Brasil, hizo café y recibió un juego de su nueva documentación personal, ya con las dactilares levemente modificadas.

Se le dijo que ingresaría a trabajar en un área de la administración, para analizar expedientes, presentar conclusiones y éstas a solo dos personas, a su jefe y , sin que éste lo supiera, otro juego para la persona que se le indicaría. Estos documentos, que son tres sobre un mismo caso, se agregan al final de otro informe, como Anexos. Nunca conoció que se hizo con ellos pero, desde entonces vivió inquieto porque las consecuencias de sus conclusiones eran delicadas, por que descubrió por haberle dedicado más de 90 horas a mas de 450 fojas, y esto creo inquietud en el pisito; entonces redujeron su trabajo. –para escándalo del Dr. Sacco y decidió informar meticulosamente a la Mesa de la Central- Lo mandaron luego a trámites de otra importancia, aunque tomó sus previsiones, como le recomendó y ayudó el Dr. Sacco.

Aún así, Aranaldo pudo descubrir algunas otras cosas menores que quedaron registradas, debidamente, dentro y fuera del país, (incluyendo conversaciones grabadas) y para su momento. Algunas veces se ocupo de indagar sobre un tal Raul Zenón – famoso deudor., que era enlace del señor HV, de San Pablo, quien se peleó con su chofer y este escribió un libro y anduvo diciendo cosas de unos juicios familiares que tuvo HV, ya medio viejo pero todavía muy lúcido en sus análisis y, que sabe pasar por Argentina, de vez en cuando. HV supo andar por Irán hace décadas, y supo ser muy útil para respiro de algunos cautivos pero, ignora aún la naturaleza morosa de Zenón.-

Trabajaba en un pisito de Perú y Alsina y desde una ventana se veía Plaza de Mayo y se escuchaban los ruidos de las manifestaciones de la crisis económica. Extrañaba a Bell Ville y a Clorinda. La vista del río Paraguay y del Uruguay no se le borraba y, aunque le dijeron –en el curso del tópico psicosocial- que Buenos Aires era una de las ciudades de más personalidad en el mundo, no se lo creyó del todo.

Personalidad y solidaridad. Aranaldo no veía aún la diferencia, por su anterior experiencia provinciana.

Durante los primeros tres meses de su nuevo y encubierto empleo publico, a la salida lo visitaba un joven matemático que le explicaba ( por unos 40 minutos), en un café cercano y escuchado, el como escribir en clave y el porque la criptografía no era segura, nunca. Le decía que la clave estaba vinculada a la historia de la experiencia personal de uno y eso no podía ser “visto” retroactivamente por un veloz sistema de computación.

Era mejor que se manejara con algún libro o folleto vinculado a su diaria actividad. Y así lo hizo.

Cuando el matemático ya no venía lo llamaron a la Central y le dijeron que recibirían un equipo diseñado y fabricado por un argentino –colega- que se perfeccionó en una empresa de fabricación de equipos cuya sede estaba en Nueva Jersey, EE.UU. ; le entregaron algunos esquemas y le dijeron que eso serviría para ser instalado en un schelter que estaba instalado en la terraza de un edificio de Méjico y Perú, donde se asociaba a una antena de radio de 500 metros de alcance.

Un italiano, canoso y educado, le facilitaría la entrada a la terraza.

El equipo que debía conectar impediría que desde el nodo central del sistema se reconozca valide y se encamine un solo y determinado correo electrónico que desde una sola PC cercana ,pero no localizada por el propio personal, emitiría un solo mensaje un día determinado a solo otra PC que también estaba en el área de cobertura de la misma celda.( éste swich lo realizaría el nuevo equipo que el debía instalar con ese solo propósito). Esa primera PC recibiría además, desde otro sitio tampoco aún localizado solo dos e-mail, el primero de ellos era para asegurar se espere la llegada del segundo, que era demasiado esencial para el caso.

Los tres e-mail estarían seguramente codificados y él los recibiría, además en otra PC que se le suministraría, por una derivación en tiempo real que el engendro a instalar cumpliría. Según juraron sus diseñadores. Y la firma de la esquina de la Avenida Santa Fe.

Los mensajes que recibiría debía, a su vez, volver a codificarlos y con premura, para luego retransmitirlos a la dirección electrónica que ahí mismo se le indicó. En ese destino se decodificaría la última trama por él imprimida y se abocarían de inmediato al código de origen para desentrañarlo.

Le pidieron que dijera que código había elegido para su propio cifrado y dio el nombre de un libro de tapas rojas, impreso en Ginebra por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que le había llamado la atención, y dio también el número de la pagina en que estaba la información para su cifrado doméstico en el hotelito.

La idea les pareció buena. Sobre todo a los más veteranos de la reunión, acostumbrados a cosas simples y por ello mismo siempre descartadas por los jóvenes yuppies que casi corrían por todos lados labrando con método y entusiasmo su seguro futuro para beneficio final de, alguna y aún ignorada pero esperada, sociedad necesitada de expertos y jóvenes. Aranaldo nunca los pudo comprender. Pero no fue necesario.

Se atrevió a preguntar él porque no se realizaba en el centro de Control del sistema, en la calle Maipú, la función que se proponían; hubo un espeso silencio y alguien le susurro a quien parecía como ser él mas respetado que,“el gringo Brad seguramente informaría a Denver y eso no era conveniente”, Brad era muy fiel a su país, con lo cual la fidelidad local estaba en segundo plano. No estaban para eso. Al menos por ahora y en éste tema.

El trabajo de instalación lo debía realizar un sábado luego del mediodía o un domingo por la mañana, cuando el mantenimiento preventivo en el área cesaba.

Fue entonces que se dio cuenta que su hotel estaba a un poco mas de cien metros de la esquina que debía abordar, vivía sobre la calle Chacabuco, al lado de un maxikiosco y su habitación estaba en los fondos del hotel en un primer piso y por su ventana se accedía a una terraza de un inmueble lindero que, luego de recorrida desembocaba en una baja medianera que cortaba sobre el final de un pasillo, el que conducía a una puerta cancel que desembocaba sobre la calle Perú, frente mismo al edificio que debía acceder para la instalación en la terraza.

Le dijeron que debía salir por la puerta cancel cuando los colectivos sobre la calle Perú estuvieran detenidos en la parada, para evitar que alguien vea el origen de su recorrido desde la puerta donde sabía siempre estar el encargado- que también era copropietario de una oficina- que lo ayudaría. Debía vestir como un operario, portar el equipo, de un par de kilogramos de peso, una caja con herramientas, no llevar celular ni documentos. Hacer la instalación en menos de media hora y regresar caminando por la calle Méjico pero hasta Tacuarí. Tomar algo en el café cercano y regresar a su hotel mas tarde con certeza de no ser seguido.

Así lo hizo todo. Y esperó en su PC todo los días y horas que se le ordenó, con un juego de fotocopias del Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT al lado, practicando su domestico y trivial código universal público del Servicio Móvil Marítimo. Eligió ese por lo simpático de las palabras “tango” , foxtrox”, charlie”, “bravo” y los números que allí figuraban, los que combinó de una forma muy significativa y ajustados a un patrón de las palabras “Bell Ville y Clorinda” y, porque todo eso le recordaba a las viejas películas de guerra, donde los marines le ganaban a los japoneses y éstos siempre morían medio retorcidos, por ser tan malos, a contrapelo de los ganadores, que siempre caían con cierta dignidad.

2.-Martinica

Cifra se alojaba allí desde hacía dos días. Entonces le hicieron llegar los pasajes, los cheques de viajero, documentos, la dirección donde se alojaría en Montevideo y dos mensajes que debería remitir por correo electrónico, según los acontecimientos se le informaría si mandaba uno u otro. Uno estaba destinado a los efectos de una decisión que se tomaría respecto a un viaje de un funcionario desde Buenos Aires a Montevideo. Si el viaje no se realizaba se le encomendaría mandar el otro mensaje.

Pero Cifra no sabía de quien se trataba, ni a que llegaría a Montevideo, ni de que se trataba. Disponía de una dirección electrónica de Argentina y de los dos mensajes. Luego de emitido cualquiera de ellos debía volver, pero no de inmediato, sino mas de un mes después. Luego de mandar alguno de los e-mail debía desconectar la PC y no volver a usarla, debía “borrar” el mensaje de inmediato y devolver la PC a quien se le indicara casi antes de las siguientes 24 horas. Seguramente no vendrían a buscarla en su transitorio domicilio, ya sabía, por otras experiencias que debería dejarla en algún negocio de reparación de estos equipos.

Su trabajo era solo ese. En cualquier parte del mundo. Pero siempre debía volver a Martinica con otra documentación distinta a la del arribo. Esas idas y vueltas, terminaron por señalarlo.

3.-Montevideo

Finalmente Cifra viajó a Montevideo, vía Asunción y luego desde San Pablo; lo alojaron en Plaza Cagancha , Hotel Normandie, en un contrafrente del primer piso. Cuando arribó le trajeron a la hora una PC que él no había solicitado pero que alguien tenía la obligación de hacérsela llegar, conectarla, por enlace de fibra óptica que se trazaba por la 18 de Julio. Cuando quedó a solas abrió el sobre que llevaba cosido en el contra fondo del bolsillo del saco y puso los dos mensajes sobre la mesa.

Uno tenía una gran letra A y el otro la letra B, según se le dijera, debería remitirlo y quemar luego ambos.

A : 4435 - 4544 - 4980 - 0934 - 2271

2320 - 4071 - 3901 - Y22X - AW22


B : CACE - 2209

La PC había quedado prendida, no debía moverse de allí por 24 horas. Y comenzó a esperar sintiendo como lo miraba desde la pantalla el Outolook Express, esperando el pulso de apertura.

Cifra nunca sabría que Aranaldo Jiménez sometería a alguno de los dos mensajes a su doméstico código, para retransmitirlo. Quizás algún día lo supieran en Londres y en la sede de la OMI. (Organización Marítima Internacional), donde seguro había gente del MI .

4.-San Telmo 1 - Buenos Aires

Numero , ese era su código, se alojó en un pequeño departamento de un edificio de okupas de la calle Bolívar, casi esquina Avenida Belgrano, en una habitación que se alquilaba por semana, como en una casa de familia, donde pago casi el doble para poder instalar la PC y la antena exterior. Tenía el Audi estacionado a menos de 50 metros, en la Avenida, sobre la mano izquierda, donde estaba permitido. Esperaba un e-mail, no sabía si vendría del exterior o no, pero ignoraba que podría ser desde pocas cuadras. El correo llegaría codificado, disponía de 15 minutos para traducirlo, comprenderlo, destruirlo y enfilar con el coche por el bajo hacia el Aeroparque pero el no conduciría, para ello mandarían a alguien que ya estaría sentado al volante cuando terminara la traducción del e-mail; no sabía si debía prevenir estar sobre el área de Costa Salguero o sobre la punta norte de la pista.

Llegaría un solo e-mail y allí se lo dirían, como también la hora exacta para disparar el lanzagranadas. Dispondría de una hora para apostarse en alguno de los dos extremos de la pista.

Había practicado en Kosovo. Para los tres bandos. Hacer blanco sobre el móvil ubicado a casi 100 metros como máximo, cuando el tren de aterrizaje ya estaba extendido, esto implicaba estar bastante cerca de la cabecera de la pista y, según el clima y los vientos, sobre el ala norte o la sur, eran situaciones diferentes. Cuando el saliera del departamento de la calle Bolívar, vendrían casi de inmediato a llevarse la PC. También ignoraba desde donde llegaría el vuelo, lo sabría con la decodificación. Luego, con la conmoción tenía las dos alternativas del recorrido a seguir, en los dos casos implicaba no salir de Buenos Aires. En cualquiera de esas alternativas, conduciría la persona que lo llevaría hasta la zona de la costanera norte.

San Telmo - Buenos Aires

Letra, ese era su código, se alojó en una pieza de una pensión de Perú y Chile. El mismo pidió el servicio ese día, directamente en las oficinas de la calle San Martín; tenía balcón mirando al oeste y esta orientación permitía que la antena se colocara fijada a la baranda de tipo Italiano. Esperaba dos e-mail, uno anunciando al otro, mas esencial y definitivo, a éste último lo debía retransmitir a la dirección electrónica que al día siguiente le harían llegar. No conocía el lugar de origen de ambos correos, no conocía cifrado y solo haría de posta entre dos desconocidos. Siempre fue así su trabajo. Al menos en los dos últimos años. Terminado su trabajo abandonaría la pensión, al salir, en la puerta, alguien le diría hacia donde y como. Nunca había salido mal.

Cuando le instalaron el terminal, prendió la PC habilitó el correo y marco “entrada”; alguna vez, en algún momento un bip le indicaría la llegada. No debía hacer reenvío, debía copiarlo en un papel. Borrarlo de toda la máquina y teclearlo sobre la dirección electrónica que le estaban por hacer llegar. Debería hacer un enorme esfuerzo: olvidar el remitente, olvidarlo totalmente. Para siempre. Seguro. Con la misma firmeza y convicción con la que Aranaldo contó la única historia aceptable de su prueba.

5.-Micro Centro – Buenos Aires

El Dr. Lorca tenía una tarjeta que uno preferiría no haber visto. Era coordinador en algunos temas como: crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero. Había un teléfono, domicilio del trabajo, el e- mail, etc. Pero era un obsesionado detallista en sus investigaciones. Lúcido, rápido, se formó en la calle, la universidad, las relaciones y luchando por sobrevivir, quería mucho su trabajo y tenía una particular forma de fastidiar cuando se lo proponía. Si quería devaluar a alguien le ponía un cariñoso diminutivo al nombre del sujeto y sabía que el otro sabía la intención, sin que un tercero se enterara del metamensaje.

Nunca le tuvo la suficiente confianza al informe que se recibió desde las autoridades del Uruguay. Algo faltaba. Discutieron, personalmente y por teléfono telegráficamente. Tenía olfato para percibir cuando algo estaba sobrando por algo y cuando faltaba algo por algo. No le cerraba.

Hacía como dos meses había hablado con el Dr. Sacco en los pasillos, ahora medio renovados en Retiro, en los tribunales penales federales de Comodoro Py. Casi gritaron. Sacco intuía que si decidían mandar a alguien para confirmar lo que decían los documentos, sobre todo las fechas y los números, los posibles involucrados se enterarían. Era peligroso. También peligroso para las relaciones con la gente del otro lado, siempre se habían dado una mano en éstos temas, incluyendo éste, el del sigilo bancario pero, había un límite.

En la mesa de trabajo Sacco fue informado del posible contacto de Martinica, gracias a la colaboración oficial en curso, era solo una sospecha, pero coincidió con la presencia en Buenos Aires de un sujeto que había sido locutor de programas de tangos y se lo sospechaba ligado a una parte de los compartimientos estancos con los que generalmente se podía operar. La sospecha fue aún mayor cuando se enteró que anduvo por Clorinda tratando de ver pasaba con Aranaldo Jiménez y decidió comentárselo a éste, sin que lo supiera el Dr. Lorca. Aunque ocultó que, desde ese entonces se lo tenía en la lista de los “vigilantes”.

Le pudieron hurgar, durante una hora, la agenda al ex locutor, estaba llena de direcciones de alquileres de la zona de San Telmo. Parece que siempre estuvo en la logística gruesa de las cosas.

Ambos se reunieron en un café frente al colegio Nacional Buenos Aires y el funcionario judicial le comento al ex agente de policía provincial de Bell Ville lo que estaba ocurriendo, cuando terminaban los cursos y las reuniones con el matemático.

Quedaron en volver a verse, cuando Aranaldo lo propusiera y, éste casi se pasó dos noches sin dormir pensando y tratando de juntar algunos hilos.

Cuando se puedo confirmar que la persona de Martinica viajaba hacia Montevideo y el ex locutor volvía a recorrer San Telmo pero solo a dos sitios, un departamento y una pensión, ya había tres puntos de referencia. Es decir ,tres lugares a observar detenidamente; muy detenidamente.

Fue cuando se vio a un operario montando una antena en un balcón de una pensión visitada por el locutor y lo conoció al hecho Aranaldo Jiménez que éste dijo era necesario averiguar donde más se estaban instalando en San Telmo y ver si propio personal podía averiguar lo mismo en Montevideo. Así, con las conclusiones que se obtuvieron, se armó el trabajo para el edificio de Méjico y Perú y las instrucciones precisas para la instalación del swich que se debía instalar en un fin de semana. La frecuencia era 3,457 Ghz, Ancho Banda 50 Mhz. Pero quien?

Al pasar los días Aranaldo pidió se verificase si se cursaba trafico en las dos estaciones de transmisión de datos fijas de San Telmo, cuando la respuesta fue: no trabajan los medidores de trafico para estos terminales, Aranaldo concluyó que “algo vendría del otro lado”, como en el río, por el tema del litoral, que fue cuando conoció al Dr. Sacco, quien lo sumergió en esta nueva vida.

Pero ahora, el primer paso debía provenir de éste lado del río. Entonces el Dr. Sacco le sugirió al Dr. Lorca que sí confirmara el viaje a Montevideo a los funcionarios de allí, (ya avisados hacía un mes de su intención) para dentro de unos días, que adelantara su llegada por aviso telefónico por línea comercial común, que dijera que personalmente le permitieran ver los originales de los informes recibidos y le contestaron al día siguiente que si, siempre que fuera luego del cierre bancario del siguiente viernes. No podría tomar notas, no podría tomar fotocopias, no se podría llevar ningún papel.

Ya todos los papeles los habían enviado y el Dr. Lorca decidió confiar en su prodigiosa memoria para repasar 129 folios de impresos continuos de informes de transacciones financieras, podía llevar, si, sus papeles para cotejar y nada más.

Llegó y saldría por PLUNA, volvería el sábado en el primer vuelo, llegando en regreso aún casi sin amanecer- era Julio- a un Aeroparque que estaría medio desolado, lo mismo que Costa Salguero y el Restaurant Clo-Clo, en la otra punta, lugar éste al que correría Número, conduciendo el Audi el ex locutor, vigilado desde su curiosidad en Clorinda, hacia ya muchos meses.

Entonces, cuando todo estaba en curso Aranaldo fue informado de la participación del ex locutor y del papel que posiblemente querían desempeñar si un funcionario lograba alguna nueva información en Montevideo, alguno de éstos días. Pero Aranaldo conocía al río, sabía por la época, la hora y la fecha de la última sudestada que el avión de PLUNA entraría por el norte. Pero no lo dijo. Porque podía entrar por el norte y no haberse logrado nada en Montevideo y Número habría recibido un mensaje desmovilizador.

En el curso de Inteligencia Estratégica y por su experiencia de operador de radio sabía que cuando una instrucción era negatoria: era BREVE.

Pero igual debía codificar y transmitir el resultado. Y preparó variantes de una codificación breve según sus patrones y el código del SMM-RESMMA. Y le dio las nuevas variantes al Dr. Sacco. Con la ecuación subsidiaria del método : NEGATORIA = ABORTAR = BREVE.

En cuanto el Dr. Sacco volvió a su despacho, meditando, decidió volver. Como una luz, lo más rápido que pudo volvió a ver a Aranaldo. No comprendía. Quería ahora una aclaración. El lo trajo, él le dio el puesto, él lo capacitó, él debía conocer lo que su mente albergaba. Desde que promediaban los cursos y los tratos cortos y tambien descomedidos y habituales Aranaldo ya no era el mismo. No le gustaba o Buenos Aires o no le gustaba él o no le gustaba el trabajo. Tenía que saber y, Aranaldo, buena y tranquilamente le contó lo que imaginaba.

ANÁLISIS DE ARANALDO JIMÉNEZ AL DR SACCO, SECRETARIO DE JUZGADO FEDERAL SECRETARIA PENAL EN BUENOS AIRES Y AMIGO INTIMO DEL DR. LORCA.

1.- Si el Dr. Lorca tenía información adicional útil. Como sabrían esto en Buenos Aires?. Por uso de terminal satelital alquilado en Montevideo que operará Lorca desde su Hotel antes de salir para Carrasco.

2.- El número universal único del teléfono satelital solo lo conocen la Compañía autorizada y LUEGO lo conocerá el Dr. Lorca. Ese número se obtiene de una cantidad que se asigna en bloque por parte de las autoridades y éstas no son informadas de a quien se asigna alguno de éstos números. Lo único que saben las autoridades es que, por ejemplo, a la Empresa que permite el servicio le asignaron un bloque de 5000 números, que significa que pueden habilitar 5000 abonados móviles, pero por el contrato y el permiso no están obligadas a informar a quienes les intereso y adquirieron el terminal y por lo tanto no se dispone de la información para interceptar el trafico de ESE terminal, salvo la misma Compañía de Montevideo.

3.- Quizás también los que le dan trabajo al ex locutor y si se trata de algo financiero, lo que coligo por las funciones de ese doctor que me menciona y cuyo nombre ignoro, se trata de lavado de dinero.

4.- Si el ex locutor de tango estuvo vinculado de alguna forma a saber sobre mi situación por lo de las drogas en la operación iniciada en Brasil y continuada a lo largo del río Uruguay con todo éxito., esto no garantiza que otras anteriores o posteriores tuvieron éxito.

5.- Por lo tanto, si el común denominador – en drogas y lavado - es el locutor de radio FM . especializado en conocimientos de interferencias, es extraño que salió del ISER solo como locutor, en algún lado conoció los temas técnicos y que yo sepa es0o no lo conocen los operadores de las consolas de FM, se aprende en otro lugar.

6.- Si su amigo en Montevideo alcanza información útil, es posible impedirle por interferencias perjudiciales demorar su enlace con Buenos Aires y permitir que los de las estaciones fijas de San Telmo sepan a que atenerse.

7.- Si no obtiene información útil no va a alquilar el terminal dado que no debe adelantar noticia alguna. Es lo que el locutor y todos sus iguales desearían pero, si han montado esto para lo que me hicieron tomar frío en esa terraza, es que SABEN que algo va a encontrar su amigo y eso molesta también a alguien de los círculos financieros de Montevideo. Y además no va a incurrir en tamaño gasto por una llamada y no poder justificar el mismo en la rendición de cuentas, sobre todo porque ni usted puede firmar tal cosa y solo se justificaría con el posterior informe positivo que los jefes de su amigo, debe necesariamente redactar.

8.- Si su amigo viaja a Montevideo y no puede tomar nota de originales de informes reservados del clearing bancario sujeto al control oficial de Uruguay, solo traerá la información en su mente. Esa información solo pueden ser fechas y lugares, quizás también montos.

9.- Pero todo vinculado con el común denominador – nuestro amigo el ahora afónico locutor- y también a una ecuación: Droga=Lavado=Su amigo ahora sabe.

10.- Ergo: Su amigo podrá partir, pero quizás no deba llegar. Y si es un vuelo, solo en un momento se puede impedir su arribo. Usted sabe a que barbaridad me refiero. Si se hizo lo de las Torres y lo que aquí ya paso, imagínese que entonces el riesgo país llega a 3000 y entonces sí vienen también aquí los amigos de Brad. Y a Brad lo despiden, quizás algo más, por no haber sabido lo que le hice en la terraza de esa esquina.

11.-No tenemos certeza para detener ahora a nadie, pero dispondremos de pocos minutos para justificar mi sueldo, el suyo y el de todos los demás.

12.- Lo mas barato es que traten de “parar” a su amigo al salir de Aeroparque. Pero ellos saben que es lo mas barato para nosotros, porque podemos impedirlo. Quizás otra forma no. Le tengo miedo a esa otra forma. No sé.
FIN DE LA EXPLICACIÓN

El Dr. Sacco se fue en silencio y peor quedo Aranaldo. No durmió. Esperaban si, todos, que el engendro de arriba de esa esquina, funcionara.

6 Montevideo – viernes 17 hs.-

El Dr. Lorca comenzó a leer línea por línea la primer hoja y la última la término de ver a las 22 hs, siempre testeando con las copias que llevo. Eran idénticas. A las 14 había reservado el terminal satelital. No habría llamada telefónica por fuera de los circuitos habituales para decir solo: “vuelvo”.

Se puso a fumar de nuevo fijándose por tercera vez en la última pagina, que terminaba su impreso antes de la mitad. Entonces pidió al operador del sistema que le tirara otro juego similar y el que tenía lo dejo sobre la computadora central del sistema. La impresora comenzó a disparar las copias de las hojas continuas, seguidas y numeradas. Al llegar a la última, en la que se había fijado el Dr. Lorca, siguió emitiendo otra hoja pero en blanco, luego otra mas, también en blanco y el operador extendió su mano para detener la impresora y cortar la salida ociosa del papel pero Lorca le detuvo el puño firmemente hasta que una quinta hoja comenzó a salir impresa, como Anexo del informe precedente.

El sistema estaba preparado para un “espacio” de cuatro hojas. La quinta se encabezaba ANEXO DE AGENCIAS Y SUCURSALES DEPARTAMENTO MALDONADO. Y la máquina escupió 5 hojas más impresas. Entonces decidió llamar por la línea local directa al Director a su casa y le pido que viniera por una irregularidad. Este aceptó la falla, llamó a otra gente y se labró un informe. Se entregó una copia del Anexo al Dr. Lorca. Todos estaban preocupados y ceñudos y miraban el reloj cada momento, ya estaba por ser medianoche. Al Dr. Lorca le extraño el interés por los relojes, el tema que los reunió era más importante.

Entonces le dijeron que en Uruguay a medianoche se adelantaba el horario una hora, cosa que todos hicieron en ese momento.

El Dr. Lorca salió de la institución, llegó al hotel y llamo por el terminal móvil- después de 10 minutos de intentos infructuosos, a otro número fijo de Buenos Aires y dijo “ vuelvo”. Después de usarlo, dejó el pago en efectivo del servicio en el hotel, que ofrecía estas facilidades para apurados ejecutivos, pidió el recibo, por separado y se fue.

7 Buenos Aires de nuevo

El engendro funcionó, llegaron dos e-mail a la PC de Letra en Buenos Aires, que recién en ese momento vio que venían de “uy”. Primero llega uno y a los quince minutos el “esencial” . No era el BREVE, en el lenguaje de Aranaldo, quien al recibirlo lo tradujo. De inmediato se fijo,por quinta vez en el informe de Clarín, de vuelos que arriban, el primero era el de la entonces PLUNA. Se lo guardo en el bolsillo del pantalón y voló en su coche hasta el Restaurante Clo Clo en la Costanera Norte. Le extraño ver en el Aeroparque que había unas tres personas subiendo a algunos taxis. Algún vuelo llegó antes. Cuando se acercaba al lugar que imaginó vio al Audi, deteniéndose sobre el césped, como recién llegando, fuera de horario como él.

El Dr. Lorca ya estaba llegando a su casa una hora local antes de la esperada, pero no esperada así por todos.

Aranaldo se acercó muy rápido al AUDI, el ex locutor lo reconoció y empalideció. Número miró a ambos y comenzando a comprender trato de echar mano a algo para disparar.

Fue cuando ambos recibieron los certeros impactos que les mando Aranaldo, que una vez fue destinado a trabajos de oficina y papeleo, “porque era algo gordo, lento y andaba todo sudoroso” (y por eso no lo mandaban a “operaciones”) muchos años antes que lo conociera el Dr. Sacco y antes de ir a Clorinda, donde quería volver a donde ahora le estaba prohibido, Bell Ville.

Buenos Aires no era el país.

Pero siguió sospechando que, Cifra, en algún momento, por alguien muy informado, fue quebrado y dado vuelta en algún lugar, antes de llegar a San Telmo. Solo así le cerraba todo. Pero no pediría explicaciones. Eso era un tema de contrainteligencia exterior. Allí se podía uno llegar a morir, anónimamente, era angustiante; nadie, nadie, reclamaría nada si le pasara allí algo. Era muy peligroso pero no le daba miedo. Argentina sus paisanos y compatriotas, inclusive estos porteños, soberbios y engreídos, valían la pena. No todo era fachada.
JULIO de 2005.-

NOTA: Estos escritos fueron encontrados en el diario “prohibido” de Aranaldo Jiménez, antes de comenzar su labor en Inteligencia Exterior y luego que egreso de la Universidad donde lo mandaron si o si.-

Definitivamente, ya nunca volverá a Bell Ville, ni a Clorinda. Ni a Buenos Aires. Y casi nadie sabía donde estaba fuera del país, salvo un par de personas que, con sus muertes, Aranaldo quedaba sin un enganche con su trabajo, así estaba, prendido con alfileres y a merced de las circunstancias políticas de la vida doméstica del país. Pero él, seguiría cumpliendo las instrucciones que le hacían llegar de vez en cuando, ya sea en un almacén de Ouro Preto, en un Bohío de una playa de Panamá o en un barrio medio marginal de Vancouver, donde hacia trabajos de limpiador de galpones.

COMIENZO DEL FIN

Una vez percibió que lo habían identificado, o le pareció o lo sospecho; sería el fin. Pero pudo irse a tiempo con documentos que pudo recuperar de un buzón preparado hacia dos años. Cuando pudo informar esto a Buenos Aires lo hizo por otro canal de enlace, porque sospecho que el anterior estaba quizás ya identificado, y tuvo suerte, porque así resultó y quedo para contarlo a su nuevo enlace, un pibe que le mandaron de Argentina, que hablaba muchos idiomas y le gustaban las mujeres como a ninguno, siempre tuvo la certidumbre que eso lo perdería en algún momento, a él; no al pibe. Pero pudo seguir unos años y nunca recibió ni el menor indicio de que debía volver y supo que quizás sería siempre así-
Tenia la tarea de leer todo lo que le llegara a sus manos en varios temas, radiocomunicaciones, temas de defensa, temas de interceptaciones, nuevos equipos, personas vinculadas a cosas así y sus negocios, su identificación, si era posible domicilios, fotos, en que lugares se desempeñaban y cosas de este tipo, armar un cuadro de situación y mandar la información con sus propias conclusiones, todas las semanas, algunas veces triangulando la información y otra entregándola en lugares muy concurridos a terceros que solo se dedicaban a eso, un día se dio cuenta que uno de esos terceros era un argentino, porteño para ser mas preciso, y creyó haberlo visto alguna vez en una casa de la calle Rivera Indarte, con un arito en un costado. Pero no lo recordaba muy bien. Más adelante comenzaron lo que sería un problema. El pibe de Buenos Aires, le presento a una atractiva oficial que era Argentina, la presentó como Laura; era muy simpática, celular, juntaba tierra en el ombligo, y usaba arito, parecía una campanita su carácter y se presentaba como conocedora del derecho, como una abogada pero, era socióloga. Cuando estrecho la primer vez su mano noto que la palma de ella le apretó la suya con su pulgar, como un saludo clave o un saludo masónico, le pareció.
A Laura le gustaba salir, se vestía con cierto gusto, como una conocedora firme de su figura de mujer decidida y que sabe lo que quiere. Eso lo preocupaba y no sabía el porque pero, muchas noches pensaba en ella y eso lo creo mas inquietudes.
Una vez en Bahía lo contactaron del Consulado, un secretario o algo así, le entregó una nota de felicitación de un ministro de paso, donde se le informaba que se lo había distinguido por su labor , y luego que la leyó con la certificación de autenticidad de la oficina de códigos que el había conocido, el secretario , o algo así, la quemó un rato después, porque ese era el sistema, siempre en algún cofre o bajo un par de llaves quedaba una constancia en Buenos Aires y, nunca supo para que le serviría.

Pero, no habrá ya reconocimientos oficiales en despachos importantes, ni su eventual muerte o desaparición se comentará en publicación alguna, nunca, aunque demostró ser un patriota “sustentable”, desde muy joven en una Comisaría de Bell Ville.-

Solo un reducido número de funcionarios – si no se hubieren jubilado - , en algún momento, tendrían alguna palabra de cierto elogio para él y quizás, dentro de varios años, su trabajo sea material de enseñanza para un grupo de jóvenes rápidos, inteligentes y decididos que labran su futuro con la ambición de muchos jóvenes que tanto usted, amigo lector , como yo, conocemos ya demasiado. Pero ellos, no son “sustentables”. Están solo de paso hacia el “éxito”, a costa nuestra.
Los primeros indicios para un cambio se presentaron cuando un día de guardia un analista repaso casi todos los últimos informes de Aranaldo, sobre todo los de los dos últimos años; le llamo la atención que con ciertos ciclos se repetía, volvía sobre datos ya transcriptos como si fueran recientes, más aun, incluía comentarios que eran los mismos del anterior igual, pero con renovado entusiasmo. Estaba claro que se reiteraba sin darse cuenta, fehacientemente y con celo en su trabajo, cada vez con mayor celo, en una carrera legitima y peligrosa, desbordaba en detalles que consideraba importantes, por ser nuevos sin serlos.
Y fue cuando se dio la primer reunión de la mesa de análisis, presento su informe.
Y fue entonces cuando hubo un largo y molesto silencio. Aranaldo estaba exhausto, estaba pasado, estaba fuera de sincronismo, las reiteraciones no le llamaban la atención, era un signo de fatiga y no se podía permitir que traspasara el límite. Quizás la soledad, quizás el agotamiento, quizás ambos, desdibujaron los resultados de su tarea, lo que se constató muchos meses después de las primeras reiteraciones, inútiles, y peligrosas.-
Y fue cuando se decidió su relevo y no decírselo.
Y fue cuando un poco tiempo después se convocó a Laura para que tome la posta de la actividad, de mano del pibe políglota que haría de enlace meticuloso y a él lo trajeron del Salvador, donde se había fogueado y alternado con un sin número de granujas y tipos como la gente, de los dos bandos.
Y fue cuando Aranaldo se enamoró de Laura, socióloga, rápida, decidida, moderna y gym, y con una tatuaje detrás, estando en la vanguardia del resto pero, con un problema que la llevo a odiar a la mayoria de los hombres, salvo a un portero que no podía olvidar, que era medio desprolijo, mal hablado y bebedor con quien -en un desvarío de problemas de consorcio- llegó a conocer por primera y única vez lo que era un orgasmo en un pasillo y al lado de la puerta de una boca de incinerador clausurado.- Y , desde entonces odio también al SUTERH.-
Y fue sin quererlo Laura, ni la central, ni el pibe políglota al que le gustaban demasiado las mujeres, ni Aranaldo.
Así fue.-
Y fue cuando ocurrió un descubrimiento.
Y fue por un nuevo análisis del mismo analista que estaba de guardia un día de franco, otra vez.
Y fue así : Revisando cada uno de los informes que se reiteraron, en los comentarios de cada uno de ellos Aranaldo siempre repetía en el similar siguiente el comentario anterior más uno nuevo y , así en todos.
Cada comentario final de cada informe enriquecía al comentario final del informe precedente, de forma tal que de las lecturas consolidadas de todos los comentarios finales se podían extraer nuevas y mejores conclusiones, mas útiles, mas afinadas y, sobre todo mucho mas interesantes y descriptivas y, en si mismos, la suma de todos los comentarios finales constituían un análisis de inteligencia muy atinado, y todos comenzaban respecto a la siempre reiterada información que por ser reiterada había llevado a una conclusión apresurada.
En realidad, Aranaldo reiteraba la información básica para volver sobre un nuevo comentario final en cada remito de los mismos y, el reitero de lo central lo era para una guía que corría como un hilo que llevaba al analista a retroceder siempre en busca del precedente y armar un cuadro de situación que se enriquecía en cada “reitero” que se le llegó a imputar como un problema de Aranaldo mismo en su actividad y un problema consigo mismo. Todo fue un error pero, Laura ya había partido y ya había conocido a Aranaldo y éste quedo rodeado por ella, sin que ningún esfuerzo le costara a ninguno.-
Fue entonces que Aranaldo se dio cuenta – por demasiados “silencios”- que lo “buscaban”. Y escapó.-
Así, fue como Aranaldo supo lo que era la soledad. Y decidió instalarse en una playa de Panamá – que supo conocer mucho antes -, donde se puso un bohío con socios imprevistos pero confiables que huían como él , y con una amiga morocha, silenciosa, prudente, mandona, de gestos secos, exigente y entrenada; y en éste local al que acudían los que solo esperan, poder seguir esperando.
Náufragos, ex topos que se lo creyeron todo, todos, y allí se solían encontrar, respondiendo a “acuerdos” que entre ellos se hacían en un pacto como secreto pero vital, cuando se cruzaban en algún lugar del mundo, en trabajos algo limpios o algo sucios, encargados por quienes creen que pueden dar sentido a sus destinos y el amor y los odios de sus vidas; alli se ven. Y , pocos lo sabemos.- si alguna vez lo despiden, alli en Panamá hay un sitio donde poder encontrarse y planear como comenzar a vivir como seres humanos.
Y fue allí en Panamá donde conoció a Stolke, un hombre entonces de 79 años, polaco, que nació y vivió en Brest Litovsky cuando se produjo el comienzo de la operación Barbarrosa, y en esa localidad tuvo por esos años la sede el Comando del 9º Cuerpo de Ejercito que irrumpió sobre las líneas soviética como aferramiento mientras el Grupo de Ejército del Grupo Sur se abrió por los flancos y luego sobre la profundad para batir a los rusos sobre dos cuencas.
Así le contó. Le dijo además que cuando supo que Smolensko fue recuperada por los sovieticos en la “Guerra por la Madre Patria” él ya decidió irse anticipadamente luego de que se ajustaron los residuos a “dormir” para el futuro de operaciones como la “Vlasoff” –porque también además pudo confirmar que la logística alemana ya era desesperada y esto le aconsejaba - y pudo llegar con documentación legal a Dinamarca y de allí – unos meses después - a Bergen en Noruega, donde pasó algún tiempo hasta que como cocinero pudo llegar en un buque de carga a Newcastle “up on Tyne” en Gran Bretaña, donde se alojó por un par de años en el 46 de Osborne Road en un hotelito llamado Rochester, donde fue “entrenado”, con la supervisión de Sibil Patisson.-
Fue en el Rochester que tuvo conocimiento sobre un oficial que en la ahogada punta de lanza alemana de Tula en Rusia, muy cerca de Moscú, aquel fue capturado con un pelotón en un contraataque feroz y que el grupo de zapadores fue ejecutado casi de inmediato salvo él mismo, que ya integraba al GRU por un reclutamiento llevado a cabo hacia varios años en Berlin, y que era la rama de inteligencia del ejército soviético y a meses de esas ejecuciones después fué asignado al XIV Directorio con sede a 38 kilómetros de Moscú en la capacitación de actividad de contrainteligencia y desinformación a escala mundial con objetivo en la actividad futura de la inminente guerra fría que ya se esbozaba para la post y se consolidó como proyecto ya después de Yalta.-
Este oficial, ahora del otro lado, fue parte como analista de los acuerdos que llevaron a una decisión estratégica entre las potencias de la bipolaridad. Es así que entonces, varios años después, Aranaldo supo por Stolke que aquel oficial de Tula le comentó que se había acordado que Cuba podría persistir como experiencia con el doble propósito de ser “útil” a ambas partes; la URSS podía presentar a la nación del Caribe como un avance de su triunfo en el mundo occidental, siempre y cuando el gobierno de la isla se comportara de forma tal que los irritantes sean sacados de las mesas de las decisiones – y la teoría del foquismo ayudo a que muchos se juntaran y ello facilito las cosas de la siguiente década. , y así es como se fue Guevara Lynch de la Serna, a Bolivia, como antes se había ido Camilo Cienfuegos, y se pudo entonces - en los años posteriores a 1963 - identificar en mas de una docena de países de la región a personas que ya desde la Alianza para el Progreso se opusieron a la política de los EE.UU ingenuamente alentados por los de la isla , e ir por ellos para mediatizar sus intentos de imitación imposible.- Stolke le dijo que ese doble juego quizás le costo la vida a JFK, por parte de quienes debían confirmar con el homicidio un camino que realmente fue una actividad de diversión destinada a preservar la bipolaridad, y a asegurar que la isla no sería nunca invadida, inclusive luego de la muerte de Castro, cosa ésta que los rusos estan dispuestos a que siga vigente .-
Entonces, fue cuando Stolke le dijo a Aranaldo. Que con angustia puedo confirmar que el “oficial de Tula” desapareció de golpe, y decidió hacer él lo mismo yendo, hacia Panamá, por varias rutas alternativas y tambien comprendió que todos aquellos que sabían una parte de cada tema esencial, estaban siendo “cazados” por los jóvenes de la nueva generación de las computadoras, y entre los objetivos de la caza decidieron ayudarse y así Panamá fue el lugar decidido por todos para sobrevivir y, Aranaldo – anoticiado – comenzó a ser miembro de ese extraño club de conocedores que estaba integrado por un grupo numerosos de viejos, que casi siempre, por no decir siempre, fueron para sus patrones patriotas sustentables. Y algunas veces me escriben.
Se que se han construido un potente receptor de onda corta. Con él escuchan al mundo y analizan lo que dicen y tratando de descubrir como es y como funciona la mente de otros que no son los que hablan, así, van descubriendo cosas que solo ellos por su aptitud y experiencia pueden anticipar.- La guerra de la información la inventaron ellos y no existe quien pueda discutírselo.
Esta extraña hermandad de “escapados”, creo que aún persiste y, de vez en cuando, algunos funcionarios de varios países tratan de levantar las condenas u órdenes de búsqueda para ver si aceptan nuevos contratos.-
Perdón, me olvidaba, de vez en cuando me llama algún lunes, para ver como salió Talleres-

Dr .JUAN DE DIOS ROMERO
Buenos Aires, Argentina.-

(Fin de la narración - Fin de la carta)