lunes, 5 de octubre de 2009

BICICLETA ACADEMICA QUE GIRA CON DINERO TRANSNACIONAL .- Por Mariela García (*)

(publicado el 1/7/09 en Socialismo Latinoamericano)

La autarquía financiera, la autonomía universitaria, el verdadero cogobierno y las cátedras libres de condicionamientos económicos impresentables sólo serán posibles si el estudiantado vuelve a la participación activa en política

Casi 90 años después del inicio del Movimiento de Reforma Universitaria en Córdoba, que señeramente luchó por la autonomía, la autarquía financiera, el cogobierno, la libertad de cátedra, la vinculación entre ciencia e investigación y la solidaridad latinoamericana, el rol de la academia en nuestra sociedad actual vuelve a ser tema de debate.

En una operación cuestionada sólo por unas pocas voces de las comunidades académicas (por ejemplo en Bahía Blanca, Mar del Plata y en la SJB), las Universidades Nacionales acaban de aceptar por segunda vez dinero proveniente de una Unidad Transitoria de Empresas entre Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD) y tres multinacionales (suizas y canadienses), encargadas de explotar el yacimiento Bajo La Alumbrera, en Catamarca. Estamos hablamos de alrededor de 86 millones de pesos por los ejercicios 2007 y 2008.

A la fecha, sólo la Facultad de Psicología de la UN de Córdoba ha rechazado los fondos, sosteniendo que “las Universidades Nacionales no deben utilizar beneficios económicos obtenidos por Alumbrera Limited en base a la violación de la normativa vigente, a la contaminación de ambientes, a la enfermedad de personas expuestas y al clientelismo de la empresa”, en palabras del Dr. Raúl Montenegro, Profesor en esa facultad.

La Alumbrera es el emprendimiento más grande de minería a cielo abierto en el país, y constituye un caso testigo en América Latina desde que su Vicepresidente y Gerente General, Julian Rooney, fue procesado en firme por la justicia tucumana a mitades del año pasado, por “encontrarse acreditada la existencia de contaminación ambiental en el canal de desagüe donde vuelca sus efluentes industriales la empresa”. (1)

Con la ola de modificaciones ‘legales’ de los años 90, la minería se convirtió en la empresa estrella del sur del continente: la actividad aumentó un 400% en estas latitudes contra un 90% a nivel mundial. En Argentina, las condiciones de la entrega son lisa y llanamente insultantes: estabilidad fiscal por 30 años desde la firma de los convenios; combustible y energía eléctrica subsidiados; exención del IVA, no retenciones a la exportación; no liquidación de divisas; no pago de sellos, impuesto al cheque, tasa estadística, ingresos brutos o ganancias; no pago de impuestos a la importación de bienes, y como si fuera poco, un período de 5 años de gracia en el pago de impuestos provinciales o municipales. En resumen, las regalías que aportan las multinacionales, descontados los beneficios locales del ‘régimen minero confiable’ como lo llaman eufemísticamente las empresas, no pasan del 1% sobre lo que declaran exportar, mientras en otros países superan el 35%. A lo largo del proceso, millones de litros de agua por hora en plena zona semidesértica son contaminados irreversiblemente con cianuro. Para el tratamiento y disposición final de los residuos tóxicos que se acumulan en el dique de cola, el Secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, gestionó un préstamo del Banco Mundial: las multinacionales no deberán hacen cargo ni siquiera de sus propios desperdicios.

Paradójicamente, una buena parte de las utilidades que llegan a manos de las universidades son reinvertidas en programas de capacitación, educación y ‘responsabilidad social empresaria’, como por ejemplo el “Plan de mejora del sistema educativo de las localidades de Andalgalá, Aconquija y Belén en la Provincia de Catamarca”, de Minera Bajo La Alumbrera, ejecutado en convenio con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). El OLAMI, Organismo Latinoamericano de Minería, premió al programa por su calidad y contribución a la comunidad.

Las tres organizaciones tienen un hombre en común: Hugo Nielson, Secretario General de OLAMI, Secretario Institucional del Centro de Estudios para la Sustentabilidad de la UNSAM y Coordinador del plan de mejora del convenio UNSAM-La Alumbrera. Extraña ceremonia habrá sido la de su autopremiación. ¿Habrá practicado el momento del elogio o el del agradecimiento? ¿O quizás ambos, todo en uno?

El hecho desnuda crudamente la serie de complicidades y negociados entre el mundo académico y las corporaciones empresarias.

Es verdad, como decían los reformistas, que una universidad divorciada del mundo real del trabajo y la producción está muerta en vida. Pero también es verdad que la integración bajo los dictados de lo peor del capital transnacional sirve sólo (y de manera perfecta) a los intereses de la dependencia.

Vergonzosamente, la mayoría de los académicos locales abrazan sin tapujos los fondos que les permiten ‘progresar’ en la nueva nobleza de estado, mientras entierran la lucha del movimiento que los hizo posibles. Acuciada por los vicios del circuito competitivo que implica publicar-atraer fondos-volver a publicar, la corporación científica termina en connivencia con negocios al borde de la ilegalidad, o realizando investigaciones irrelevantes para la vida práctica del país. La única condición es que todos esos proyectos sean productivos en términos de viajes, premios, seminarios, posgrados, publicaciones y créditos para la carrera, sin importar que la carrera encamine al país a un precipicio.

El Estado pierde así toda herramienta de contralor público sobre la actividad de las empresas, y sobre el propio desarrollo científico-tecnológico del país.
Para quienes sostienen a rajatabla que la ciencia es neutral y objetivamente “científica”, el discurso es tan corto como largos son los brazos del capital que los financia.

Para nosotros, en cambio, conscientes de que nada hay neutral en la vida, el desafío es recuperar aquella vieja lucha de los reformistas, recordando sus palabras: “Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático”.

La autarquía financiera, la autonomía universitaria, el verdadero cogobierno y las cátedras libres de condicionamientos económicos impresentables sólo serán posibles si el estudiantado vuelve a la participación activa en política, y se compromete en los procesos constantes de la vida universitaria. Si, como la Facultad de Psicología de la UNC decimos NO a fondos que ensucian y silencian. De lo contrario, estamos condenados a la servidumbre de las corporaciones.

(*) Socióloga, articulista

(1) El 24/9/09, la autora del presente artículo, informó que el Tribunal de Casación de la provincia de Tucumán declaró la nulidad del procesamiento de Julián Rooney en una causa penal por supuesta contaminación contra Minera Alumbrera. (N.del E.)

(Fin de la carta)