domingo, 10 de agosto de 2008

DEFINICIÓN DE TERRORISMO.- Las grietas de la democracia en la Argentina - Por Carlos M. Duré

El 8/6/07 llega a esta redacción un mensaje de la asociación islámica Mujeres de Negro solicitando la difusión de una declaración de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre sobre la media sanción de la Ley Antiterrorista enviada por Néstor Kirchner al Poder Legislativo.
El texto completo de este mensaje está publicado en el sitio de CA, pero resumiéndolo aquí dice que con esta ley la Argentina se ajusta a la política de seguridad de Estados Unidos y que por la modificación del artículo 213 ya no se combate el terrorismo como método sino como ideología, lo que implicaría la proscripción política, ideológica y aun filosófica de vastos sectores.

¿A qué doctrina antiterrorista norteamericana se ajustaría el gobierno de Néstor Kirchner?

En la edición de marzo de 1987 de la revista oficial del gobierno de los Estados Unidos Facetas aparece un artículo de Walter Laqueur, por entonces presidente del consejo de investigación del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington DC. Se titula " Reflexiones sobre el terrorismo".



Walter Laqueur

El intelectual y primer asesor del gobierno de Ronald Reagan en seguridad y guerra se allana en el citado artículo a la tendencia general de los expertos que definen al terrorismo como un método que se propone efectos propagandísticos sometiendo al terror a la población en general. Separa explícitamente dicho método de los argumentos ideológicos en los que pretende sustentarse. Incluso explica a continuación que "Algunos expertos occidentales, especialmente en los medios de comunicación, tienen gran dificultad para aceptar las diferencias entre diversos tipos de violencia."

Prosigue: " Terroristas, comandos, guerrilleros,....pistoleros, luchadores por la libertad, insurgentes y otros términos más suelen usarse indiscriminadamente,...como resultado de una confusión real,...con intención política, porque el guerrillero tiene...una imagen pública positiva que el terrorista claramente no posee." Y le recomienda a su gobierno: "Para cazar un ratón (el terrorismo) no hace falta un tanque, hace falta un gato".

Las doctrinas transformistas de George Bush

Ofuscado por el ataque del 11S 2001, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, no sólo se dejó llevar por la confusión de los expertos de los medios de comunicación que pusiera en cuestión W. Laqueur, sino que atribuyó los avionazos a una guerra bíblica entre el bien y el mal, con ejes geomorales claramente definidos, que derivaron en la invasión de Afganistán e Irak.

El ejercicio de la enorme fuerza represiva de USA no pudo contener hasta el presente la dosis diaria de bombas en los países ocupados y tampoco pudo evitar ataques a España, Gran Bretaña y Turquía. El resultado político de aquella guerra moral de pobre sustento racional devino en un desastre político compartido parejamente por los buenos y los malos.

El 30/7/05, CA registra el viraje de la doctrina antiterrorista de USA: "En el edificio de la OEA y ante un auditorio mestizo que esperaba anuncios económicos, George Bush estableció un orden de prioridades en la agenda norteamericana al afirmar que su país está en guerra contra los ideólogos que ven el mundo a la inversa de USA, y, palabras más o menos, puntualizó que era una guerra entre dos sistemas de valores inconciliables. Refiriéndose a un enemigo cargado de odio, dijo que para no tener que combatirlo en territorio norteamericano, lo irá a buscar por el mundo. Siempre aludió a ésta cacería como una lucha defensiva. Después siguió con otros temas"

El 16/10/05, en la Cumbre Hispanoamericana desarrollada en Salamanca, los Estados Unidos, por intermedio del presidente de Colombia, Alvaro Uribe, hacen el primer intento de sancionar ya no los métodos terroristas sino las organizaciones insurgentes que pudieran caer en ellos. Bush aprovecha la confusión conceptual que párrafos más arriba advierte W. Laqueur.

La comunidad hispanoamericana, incluida la Argentina, rechaza de plano el intento inquisitorial de Estados Unidos.

La batalla de las ideas comienza después que cayó el último enemigo


Sin embargo, la falta de cohesión doctrinaria de los norteamericanos quedaba registrada en los despachos de CA el 18/10/05 cuando se reprodujo la arenga del consejero de seguridad Stephen Hadley quien posiblemente no había leído en los diarios las declaraciones del presidente Bush en la OEA: : "A corto plazo, debemos utilizar nuestras fuerzas militares y otros instrumentos del poder nacional para luchar contra los terroristas, negarles refugio y cortar sus fuentes de apoyo". Y agregó inmediatamente: "debemos ganar la batalla de ideas" entre su "perspectiva totalitaria y cruel" y "la perspectiva positiva de libertad y democracia" del mundo libre.


S. Hadley

Es lo mismo que decir que primero hay que tirar y después dar un sermón al muerto


Colegía entonces CA: "Si semejante lógica se aplicara hoy en Sudamérica, no quedaría un sobreviviente para escucharlo a Hadley. Tan difundido está el sentimiento anti norteamericano. Acaso sea por eso que treinta años después de la guerra sucia, USA sigue descubriendo enemigos ideológicos como si se los presentaran por primera vez."

Las presiones de Estados Unidos a la Argentina y Brasil para que involucren a sus FF AA en cuestiones de seguridad interior, ahora amenazada por una inconcebible forma de pensar terrorista, no aflojaron sus anillos constrictores jamás.

Durante la mañana del 12/6/06, el Poder Ejecutivo Nacional promulgaba el decreto de reglamentación de la Ley de Defensa Nacional de 1988. Decía entonces CA: "En sentido estricto, el artículo que configura las hipótesis de guerra excluye todo lo que no sea una agresión de fuerzas armadas de un estado extranjero. Como por definición el terrorismo supone una acción paramilitar y facciosa, la lucha contra el mismo queda bajo la responsabilidad de la policía."

Hasta ese momento la Argentina definía - al contrario de EE UU - el terrorismo como un método violento independiente de sus pretextos ideológicos.

Durante la noche del mismo día la Cámara de Representantes de USA votaba por 364 a 0 una resolución por la que se instaba al poder ejecutivo a instruir al delegado norteamericano en la OEA para presionar a los países latinoamericanos en la lucha contra el presunto terrorismo. islámico, una de las formas de convicción que el presidente Bush ya había estigmatizado como agente del odio.

CA deducía que difícilmente, en las comisiones de defensa y seguridad del Capitolio, no se hubieran leído los matutinos argentinos y sacaba esta conclusión: "Es posible, por supuesto, que el gobierno haya evaluado la consecuencias en las relaciones internacionales del decreto reglamentario de la ley de defensa, y particularmente del artículo sobre la caracterización de un enemigo potencial. Es muy importante que se haya asesorado bien al respecto. Porque la mayoría de los miembros de la OEA adhieren hoy, o la harán mañana, al criterio de USA que excluye el concepto de neutralidad en su guerra."

Es muy probable que los dirigentes políticos argentinos, en sus contorciones irreflexivas por acomodarse a las incongruencias norteamericanas (la ministra de defensa argentina ha abrevado de esa pócima) no adviertan la grieta que están provocando en la democracia del mismo modo que no lo advirtieron los expertos de USA fustigados por Walter Laqueur.

La sanción definitiva de la Ley Antiterrorista con su controvertido artículo 213 podría ser el costo pagado por Néstor Kirchner a la exclusión de las FF. AA. de la cruzada de EE. UU. y el resto de occidente contra el terrorismo de patología intelectual. Pero al mismo tiempo se subordina a semejante concepto en el cual quedará atrapado su propio pasado, el de la Juventud Peronista, formación pasible de ser reprimida - paradójicamente - por quien asegura que no dejó sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno.

(Fin de la carta)

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